jueves, 3 de enero de 2013

Flotando en el aire.

Cuando no sabes a dónde vas, cualquier camino puede servir.
Dan miedo los cruces del camino, da miedo partir, da miedo volver. 
Las preguntas, las respuestas dan miedo. 
Si no sabes hacia dónde vas, lo mejor es dejarte llevar, como flotando en el aire.
A veces, hay que desprenderse del equipaje, y como una pluma, dejarse llevar por el viento, para que a cada paso, un paisaje, una emoción. 
Para que un día nos queden unos cuantos recuerdos, para poder contarlo todo. 
Para poder hacer eso, es necesario no temerle a partir, ni a volver. Porque estamos en una encrucijada de caminos que parten y que vuelven, si no sabemos hacia dónde ir, hay que dejarse llevar por el viento.
El viento lleva, y a la vez trae. 
El viento nos puede llevar a lugares insospechados. Flotando en el aire, están todas las preguntas y todas las respuestas. 
Y flotando en el viento, iremos a donde debamos ir.

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